COMPERSIÓN
COMPERSIÓN
es un término que empieza a aparecer frecuentemente en muchas
publicaciones sobre las relaciones no monógamas entre parejas.
Aparece sobre 1956 y cada vez se utiliza más en escritos sobre
parejas cornudas, intercambio de parejas, parejas liberales,
poliamor, etc.
Se
presentan dos artículos que tratan sobre el tema de la compersión.
El primero es
una traducción y resumen del aparecido en el blog “Musings
of an Incidental Hotwife”, en
la que se explica ampliamente su significado y sus implicaciones.
El
segundo es una reflexión sobre como se ha entendido hasta ahora este
término y se plantean objeciones bastante sólidas.
Son
dos buenos artículos que plantean puntos de vista diferentes, y
creo que ninguno presenta una verdad absoluta. La lectura de los dos
implica que el lector reelabore los argumentos de uno y otro y
obtenga sus conclusiones personales.
Compersión:
la solución a los celos
La
compersión consiste en aceptar y disfrutar el hecho de que alguien a
quien amamos puede encontrar placer sexual, o incluso tener
sentimientos, con otra persona. Se necesita valor para hacer esto, en
cualquier caso, pero a menudo puede ser la mejor manera, si no la
única, de evitar los choques entre la pareja y preservar la cordura
y tener una buena relación.
Visto
de otra manera, la compersión es la plena aceptación del placer de
otra persona. Si pudiéramos llegar a esta aceptación, tendríamos
una excelente solución para los celos y otros problemas. Nuestras
relaciones serían más interesantes y, lo mejor de todo, dejar
espacio para lo que realmente somos y permitir que nuestra pareja sea
quien realmente es.
No
sucede de repente. La compersión requiere práctica y dedicación, y
como muchas otras cosas, hay avances en el camino; pequeños avances
que nos llevan de una dimensión de sentimiento y autoconciencia a
otra. Ayuda pensar en la compersión como un proceso en lugar de una
emoción. Es una forma de amar y respetar a las personas como
independientes de ti, algo que es extremadamente desafiante en una
cultura que ensalza las virtudes del egoísmo, la posesividad, el
control y el narcisismo. La compersión es una forma de crear
cercanía donde puede haber división por instinto.
Si
bien estamos considerando el tema de las relaciones y los celos en
particular, debemos recordar que en nuestra sociedad, las ideas que
se nos dan sobre el amor son competitivas. Sólo una persona te va a
"atrapar". Parece que no hay suficiente de nada para todos
nosotros, así que tenemos que competir; Tenemos que ser el número
uno.
En
la vida, tendemos a temer dos cosas. Lo que más tememos es el
abandono. Incluso si esa persona especial nos ha encontrado, o
viceversa, el gran temor es que la perdamos; que encontrará a
alguien más. A menudo, incluso cuando encontramos el amor, vivimos
con una sensación de fragilidad increíble, sensibilidad y condena
inminente. Esto generalmente se basa en el temor de no ser lo
suficientemente bueno; de hecho, se basa a veces en una ausencia
total de autoestima. La pérdida de la autoestima puede llevar a los
celos en poco tiempo.
Lo
segundo que tememos es estar demasiado cerca de los demás y tener
nuestro verdadero ser y nuestros secretos expuestos. A muchas
personas no les gusta como son en su interior, y están aterrorizadas
ante la posibilidad de exponer esto a otros. Muchas personas
sobreviven inventando un personaje falso, y si alguien se acerca a
nosotros, podemos temer que descubran que estamos vacíos y que, por
lo tanto, no merecemos el amor.
Los
celos surgen generalmente cuando una relación es amenazada por un
extraño. La amenaza es un problema debido a lo cerca que nos
identificamos con nuestras relaciones como una fuente importante de
autoestima.
A
menudo nos aferramos el uno al otro debido a la naturaleza
intrínsecamente transitoria de las relaciones y, a veces, de la
supervivencia material. El apego obsesivo es una lucha con un
problema más profundo: vivimos en un mundo en constante cambio, a
menudo hostil, en el que a menudo parece que no tenemos una base
sólida para mantenernos firmes. Luchamos con la confianza, y con la
incertidumbre del futuro. Los celos evocan algunas o todas estas
condiciones, manifestándose como algo que se siente siniestro.
Una
vez que muchas personas superan el impacto inicial de que su pareja
haya estado con otra persona, si buscasen sus verdaderos
sentimientos, encontrarían que la idea de que su pareja tenga
relaciones sexuales es erótica. Pero definitivamente es una forma de
placer que contradice todo lo que se nos enseña acerca de las
relaciones, y especialmente del matrimonio.
Para
superar esto y volverse hacia el lado del placer, es fundamental
reconocer que la aceptación completa es el primer paso. En verdad,
no se puede hacer nada acerca de cómo se sienten o qué quieren
otras personas. No podemos controlar a los demás, incluso a nuestros
propios cónyuges. Podemos tratar de obtener el control de los demás
y de la situación, o dejarlos ir y rendirnos a la situación
controlada por otro. Dejar ir es intensamente aterrador. Sin embargo,
en última instancia, puede conducir a un placer igualmente intenso.
Por mucho que nos aferremos y luchemos para controlar a todos y todo
lo que nos rodea, lo que más necesitamos es dejarlo ir.
Como
volar, debemos hacer algo que parezca contra intuitivo. En medio del
miedo, el dolor y la sensación de posible pérdida asociados a los
sentimientos de celos, el acto de "Soltar" viola el
sentido común y va en contra de lo que sentimos que deberíamos
hacer. Después de todo, la sociedad nos dice que no hay ninguna
manera de que su cónyuge tenga relaciones sexuales con otra persona,
o que se despierte al saber que está envuelta en los brazos de otra
persona. Otros lo considerarían masoquista. No es socialmente
aceptable. Si describieras tales sentimientos a alguien más, podrían
pensar que perdiste la cabeza.
Sin
embargo, es posible que haya encontrado su cabeza, su mente. El punto
es simple: para ser libre debes dejar ir y aceptar.
Hay
personas que no se sienten amadas a menos que su pareja se ponga
celosa. Hay personas que no se sienten amadas a menos que su pareja
se sienta culpable por tener algún placer que no las involucre. La
lógica de la culpa monógama es: "Se enojará conmigo si hago
algo que me sienta bien y yo no me siento culpable". Después de
un tiempo, esto se convierte en un bloqueo serio para el amor real.
El control, que a menudo se ejerce a través de la culpa, es un
obstáculo directo al espacio que el amor debe ser en sí mismo.
La
compersión deshace eso. Permite que lo que existe sea en sí mismo,
sin el control que la sociedad exige que nos pongamos unos a otros en
un matrimonio.
Por
qué la compersión no debería ser el valor fundamental en las
parejas no monógamas
Un
interesante artículo aparecido como traducción en Amor Libre. Argentina, y que a su vez está tomado de un blog de
Estados Unidos.
La
“compersión” básicamente es “Estoy feliz siempre que mi
pareja sea feliz.” Si tu pareja salió a tener sexo con una
persona, siempre y cuando ella disfrute, también disfrutas tú. Es
un estado agradable en el que estar, siempre y cuando se pueda
manejar.
El
problema es que las personas que experimentan esta “compersión”
libremente, frecuentemente lo usan como un pesado mazo para golpear a
las personas que no están hechas completamente de buenos
sentimientos de algodón de azúcar. “Si no experimentas el
éxtasis reflejado en todo lo que tu amante hace”, exclaman,
“entonces no sois realmente polis, o swinger o matrimonio cornudo
¿no? ¡Porque ser poli, swinger o cornudo se trata de la compersión!
No.
Cualquiera de esos aspectos de las relaciones no monógamas de la
pareja, son acerca de la confianza.
Y
la confianza no siempre te hace sentir bien.
Cuando
mi hija conducía un auto por primera vez, no estaba pensando “¡Qué
gloriosa belleza celestial que finalmente haya conseguido su permiso
de conducir! ¡Estoy tan emocionado por su nueva vida!” No, pensé
“¿Se puso el cinturón de seguridad? Ese es un auto de 13.000 €
que no puedo darme el lujo de reemplazar, espero que no se choque
contra nada. Oh, Dios, la nena está conduciendo un coche a mucha
velocidad, por favor, no dejes que mate a nadie. O a sí misma.”
Ahora,
esa ráfaga de pensamientos o de oraciones no quiere decir que no
quería que mi hija condujese nunca. Nada de eso. Ella necesitaba
aprender a conducir. Esta experiencia iba a hacerla más fuerte, más
independiente. Lo apoyaba totalmente, la animé, y de hecho, pagué
dinero y tiempo para asegurar que sacase su carnet de conducir, pero
no me sentía bien al respecto. Bueno, un poco. Lo suficiente como
para hacerlo. Pero no era el tipo de cariño que uno debería sentir
según los defensores y seguidores de la compersión.
Veo
la compersión como algo bueno para tener, una meta por la cual uno
se debería esforzar, Pero la “compersión” frecuentemente es
usada para abofetear a la gente por tener sentimientos, y demasiada
gente tiene sentimientos de celos, o de miedo, o de preocupación, o
incluso de ultraje como para poder simplemente descartarlos, así sin
más.
¿Lo
que sentís cuando tu mujer o tu novia está besándose con alguien
más es felicidad? ¡Eso es impresionante! ¡Te envidio! Yo, sin
embargo, frecuentemente siento la felicidad mezclada con miedo por
ser reemplazado, y celos de que el nuevo chico pueda hacer cosas con
ella que yo no puedo (si no, ¿por qué iba a estar saliendo con una
copia idéntica de mí?). Y esos sentimientos son difíciles de
superar sin sentir culpa o humillación. Es difícil no pensar:
“Debo ser malo en esto si tengo dudas.”
A
veces esos miedos señalan problemas reales. Ha habido momentos en
que cuando mi mujer o mi novia pasaban mucho tiempo con el chico
nuevo pensaba que ella estaba perdiendo interés en mí. Mientras que
en teoría, si estuviese lleno de compersión, o tuviese una buena
dosis de ella, debería estar pensando “Bueno, soy feliz siempre
que ella sea feliz,” pero en la práctica, parte de mi felicidad,
se basa en continuar pasando tiempo con ella.
Algunos
de esos miedos me dejan ver problemas a tiempo para arreglarlos.
Confío en mi pareja, e intento mantener mis miedos tontos a un
mínimo. Justo como le expliqué a mi hija que conducir un auto era
una gran responsabilidad, y que podría matarse a ella misma y a
otras personas… pero cuando sacó el auto de la cochera esbocé una
sonrisa, porque esto era lo que ella realmente necesitaba, y yo
confiaba en ella lo suficiente como para que esto saliera bien.
Al
final resultó que funcionó. El hecho de que no permití que mis
miedos la encadenaran fue un acto noble. Podría decirse que incluso
más noble, de hecho, porque tuve que luchar para superar mis
preocupaciones para poner sus necesidades por encima de mis dudas.
Eventualmente,
me sentí feliz cuando ella me llevaba en el auto, y todavía no lo
ha destrozado, gracias a Dios.
Traducción:
Amor Libre. Argentina.