Hay parejas cornudas que desean un tipo de macho que sea un gilipollas, que sea un arrogante cabrón; un tipo que se salta una señal de tráfico y te hace un gesto con el dedo; un hombre que en un bar toca a la esposa justo en frente del marido y si este le dice algo le regaña o le amenaza con violencia; el macho que aparece en la casa sin previo aviso y actúa como si fuera el dueño del lugar.
Ser un macho dominante conlleva un alto grado de responsabilidad. No es solo una gran polla para la esposa. De una forma u otra, los matrimonios también estarán involucrados en una relación con esta clase de tipos. Hay machos corneadores, a los que aquí se llama gilipollas, que se aprovecharían de la situación, joderían a la esposa y no tendrían en cuenta para nada ni al marido, ni a la esposa, ni al matrimonio. Sin embargo, ese tipo de machos es elegido por algunas parejas. Entonces me pregunto: ¿Cuál es el atractivo de ese tipo de machos?
Hay mujeres a las que les gusta la forma en que los hombres arrogantes y chulos las tratan. Ellas parecen olvidar que ese tratamiento es grosero y lo encuentran sexualmente excitante. Ellas quieren a ese hombre simplemente para follar y con eso basta. No hay nada más.
Cada pareja es diferente. Hay maridos que se consideran como el “imbécil” que está allí para que el macho le mire y le diga alguna que otra grosería mientras toquetea o folla a la esposa. La única solución para esa situación es hablar, hablar y hablar entre la pareja. La pareja debe tener muy claro lo que quiere de manera que todos disfruten, incluido el macho que la folla.
Por gilipollas me refiero a un hombre que realmente no respeta ni a nada ni a nadie: ni a la mujer, ni al marido, ni al matrimonio. Es el chulo que hace lo que le da la gana y se cree con derecho a hacerlo. Una pareja que va de imbéciles y toleran cualquier cosa a un macho gilipollas se ponen en una posición muy vulnerable, especialmente si la relación se deteriora.
Hay maridos cornudos a los que les gusta mucho la humillación y algunas personas pueden considerar que un cornudo que se deja humillar por un macho chulo y gilipollas es un imbécil. Si todos los involucrados quieren ese tipo de escena, y todos lo aceptan no hay nada malo ni desagradable en ello. Creo que el problema es si él respeta al marido, a la esposa y al matrimonio una vez que la sesión de cuernos ha terminado.
Lógicamente las esposas suelen elegir a sus amantes y novios. La mayoría están interesados únicamente en ella, unos pocos también quieren mostrar su dominio masculino al marido. A ellas les gusta elegir los tipos de” chico malo” ultra alfa que son muy amables y bien dotados. El contraste entre ellos y el esposo es muy evidente. Muchos le humillan y ella siempre sigue, y en ocasiones alienta ese comportamiento. Lo más sorprendente es la aquiescencia de la esposa con sus amantes siempre que están bien dotados.
Hay esposas que en el trabajo y en el hogar están a cargo de todo. Ordenan y organizan todo, pero con un amante dominante se vuelve dóciles y sumisas y les animan a hacerse cargo de la situación. Si los machos muestran la inclinación a tener más control y dominar y humillar al marido, y él se somete y se vuelve muy sumiso y secretamente disfruta de la humillación, y ella también disfruta de verle en esas situaciones humillantes para complacer a su amante, entonces, como los dos disfrutan de ese tipo de macho, esa situación es buena para todos.
Cada relación de cornudo es diferente.
Hay esposas que hablan con desdén de su amante habitual en el sentido de creer que es un imbécil y dice que nunca se casaría con alguien como él, pero por alguna razón le encanta su polla. Creo que a esas esposas les gusta tener una "pareja" en su esposo, y le gusta el imbécil de su amante para asumir un papel más sumiso en el sexo con él.
Hay otras esposas, a las que les encanta el hecho de que su macho sea básicamente un imbécil. Que sea arrogante, egoísta, el tipo de hombre que toma lo que quiere sin tener en cuenta a nadie más. Son mujeres a las que les encanta que las traten como su juguete sexual y las controlen como a una niña. Esas esposas realmente se enojan con el marido humillándole y recordándole que es su inferior. La explicación es que ella tiene una idea en su mente de que un hombre real es un alfa total que domina a todos los que le rodean. Si se le pregunta cuál es el atractivo de ese hombre ella piensa que es obvio, que solo se puede respetar a un hombre que es dominante en todo. Lo que podríamos llamar "comportamiento de gilipollas" lo ve como algo fuerte y dominante. Debe ser algo primitivo. Hay mujeres que aprecian a hombres sensibles y agradables, pero definitivamente hay muchas mujeres que solo tienen ojos para el tipo opuesto.
Hay esposas que a veces eligen a un tipo arrogante al principio debido a su apariencia o cuerpo. Pero cuando descubren que son "imbéciles", no hay nada que hacer, ella deja de verlos.
Hay machos corneadores que tienen un gran atractivo erótico, tipos que pueden satisfacer a una esposa con una erección implacable y duradera, y que son una máquina sexual segura y bien construida con poco interés romántico. Pero muchos de ellos tienen algo muy atractivo en sus palabras, que se ve cuando está con la esposa, ambos desnudos, tocándose, hablando, acariciándose o besándose delante del marido sin crear ninguna tensión sexual.
Hay machos que “toman" a la esposa de manera inteligente, natural, respetuosa. Hace que se sienta deseada, y sea algo sumisa hasta cierto punto, a su voz y sus acciones. Y al mismo tiempo, él macho sabe cómo tratar al marido, sabiendo que quiere que él la "folle", pero nunca amenazándole con burlas, o en el otro extremo, con enredos románticos con la esposa. Cuando un macho o toro así está encima de la esposa, empujando sin esfuerzo dentro de ella, y ella está a punto del orgasmo retorciéndose, y el marido mira y disfruta de lo que está sucediendo, ese macho es el ideal.