RELACIONES SEXUALES CON OTRAS
PERSONAS
No hay una manera única de empezar a relacionarse sexualmente con otras personas. Cada pareja establece una relación que puede considerarse única. Comenzar es la parte más difícil y quizá la más emocionante. No voy a decir aquí como empezar, ya que hay muchas maneras de hacerlo. De lo que sí voy a hablar es de como empezaron algunas parejas. Es solo una muestra, lógicamente hay otras muchas maneras de empezar.
Una cosa es fundamental: la sinceridad y la comunicación son las claves para comenzar a andar en este tipo de relaciones.
"Descubrí que me estaba engañando. Me sorprendió y me hirió y casi terminé con ella. Entonces me di cuenta de que sería hipócrita hacerlo porque yo estaba haciendo lo mismo. Le dije que sabía lo que estaba haciendo, y luego le dije que yo la estaba engañando también. Estuvimos confundidos por un tiempo porque pensamos que nuestro comportamiento significaba que no estábamos felices el uno con el otro.
Hablamos mucho y los dos coincidimos que, aparte de este secreto que ambos guardábamos el uno del otro, todo era genial. Lo que no nos gustaba a ninguno de los dos era el engaño del otro, así que decidimos dejar de guardar secretos. La decisión de tener la libertad de disfrutar sexualmente con otros nos acercó más".
"Nunca vi a otras mujeres como una amenaza. Nuestro matrimonio y nuestro amor por el otro nunca cambiaron porque mirásemos a otras mujeres. Me siento muy atraída por las mujeres sexys, y habían pasado años desde que tuve relaciones sexuales con una mujer.
Cuando le conté por primera vez que había tenido una novia y había tenido un montón de sexo con mujeres en la universidad, no sabía qué esperar. Mi marido me sugirió que buscásemos una mujer con la que tener relaciones sexuales juntos. Fue un sueño hecho realidad. Desde entonces, hemos pasado mucho tiempo con otras mujeres dentro y fuera de la habitación. Abrir nuestra relación para permitirme ser abiertamente y activamente bisexual fortaleció el lazo entre los dos. Creo que nuestro matrimonio es más fuerte porque fuimos sinceros y ampliamos nuestra vida sexual ".
"Un día descubrí que mi marido solía ver pornografía en su ordenador. La única razón por la que me disgusté fue porque nunca me había dicho que le gustaba esto, me había mantenido separada de esa parte de su sexualidad. Cuando le pregunté por qué no me había dicho nunca nada sobre ese asunto me dijo que pensó que no me gustaría. Le dije que a partir de ahora quería ver lo que estaba mirando.
La primera vez que vimos pornografía juntos fue una de las noches más calientes de nuestras vidas. Le encantaban escenas de grupo: orgías, tríos y gangbangs. Unos meses después de esa primera vez que vimos porno juntos, estábamos en la cama viendo a dos hombres con una mujer en mi tablet. Él susurró: "¿Te gustaría intentar eso?" Y el resto es historia. "
"Mientras estábamos de vacaciones, decidimos ir a un club swinger. Como nadie nos conocía, nos sentimos cómodos con sólo ir a ver cómo era. Pensábamos que íbamos a entrar en un lugar donde las personas tenían sexo en todas partes. Pensamos que tendríamos que luchar prácticamente con la gente desde el momento en que dijésemos que estábamos allí sólo para ver. No fue así en absoluto. La gente estaba bailando y hablando y disfrutando de las bebidas en el bar. Las "habitaciones de sexo" estaban separadas y nos encontramos una pareja muy amable que se ofreció a enseñarnos el lugar. Vimos a cuatro hombres con dos mujeres en la primera habitación. En la segunda habitación a la que echamos un vistazo, había dos parejas. La habitación más grande estaba llena de gente y parecía que casi todo el mundo estaba teniendo relaciones sexuales con más de una persona. Cuando volvimos a nuestro hotel, le dije que me hubiera gustado haber participado. Volvimos al día siguiente e hicimos precisamente eso".
Después de escuchar a estas parejas, es evidente que la honestidad y la comunicación son las claves que desbloquean la situación y permiten que en la relación sexual de la pareja entren otras personas. Hay muchas maneras de empezar a hablar, pero hay que hacerlo.