viernes, 18 de octubre de 2024

Cómo me siento si otras personas saben que somos una pareja cornuda.

 CÓMO ME SIENTO CUANDO  OTRAS PERSONAS SABEN QUE MI MUJER JODE CON OTROS HOMBRES CON MI CONSENTIMIENTO

        Hay una variedad de formas en que pueden reaccionar las personas que saben que somos una pareja cornuda:

         Pueden ser personas sexualmente abiertas que piensan que es genial que mi esposa tenga esa libertad.

            Pueden ser personas muy religiosas y pensar que está mal, muy mal.

        Luego está la reacción más o menos tradicional registrada en Chaucer, Shakespeare y Moliere, simplemente que a las personas les resulta divertido que el marido deje que su mujer le ponga los cuernos.

        Personalmente, no soy alguien que disfrute de ser humillado, pero cuando escucho o veo que otros comentan y sobre todo se ríen de que soy un cornudo, me doy cuenta de que estoy siendo humillado tanto si me gusta como si no. Puedo elegir ignorarlo, por supuesto, pero no puedo intentar moldear las opiniones de los demás sobre mí: si me consideran una especie de tonto, entonces, frente a esa persona, no tengo más remedio que aprender a vivir con el hecho de que soy un tonto a sus ojos. Así es como me sentí con los compañeros de trabajo de mi mujer cuando me relacioné con ellos, sabiendo que la mayoría de sus compañeros estaban al tanto de la larga relación que estaba teniendo con otro hombre en su oficina. Enseguida me di cuenta que casi inmediatamente fui el blanco de muchos chistes y risas, pero tuve que fingir que no sabía nada y que no me daba por aludido.

        Como resultado, somos muy, muy cuidadosos acerca de a quién se lo contamos. En realidad, son solo dos amigas de mi esposa las que lo saben, aunque no estoy contando a ninguno de los hombres que ha tenido como amantes, o los compañeros de trabajo de su antigua oficina.

        Una de las dos, su mejor amiga, disfruta burlándose de mí por ser un cornudo de vez en cuando, aunque de una manera alegre y juguetona. En realidad, ha dicho varias veces que realmente me admira por darle esta libertad a mi esposa y piensa que soy un esposo maravilloso. Pero todavía le gusta molestarme un poco de vez en cuando, y lo tomo todo con calma sabiendo que en el fondo ella realmente me respeta como amiga.

        Sin embargo, la otra es un poco más joven y se sorprendió al principio al enterarse de que soy un cornudo conscientemente, y no solo eso, sino que lo he sido durante casi una década y he permanecido firmemente fiel a mi esposa. Ella tiene una visión algo más "tradicional" y, aunque nunca ha dicho nada explícitamente, mi esposa ha admitido tímidamente que esta segunda amiga encuentra toda la situación muy entretenida o graciosa, y más o menos piensa que soy un debilucho, un hombre que lleva cuernos, pero en el fondo lo ve bien, pues hace unos meses, le presentó a un joven ruso a mi esposa sabiendo casi seguro que le iba a gustar, como así ha sido, y con el que está follando.

        Tampoco me siento humillado por mi mujer porque tenga amantes, excepto por el hecho de que sé que algunos de ellos obtienen una gran satisfacción de haber follado a mi esposa. Algunos de ellos que conozco me tienen muy poco respeto como un hombre dispuesto a esperar y permitirme ser engañado. En ese sentido, siento cierta humillación al saber que soy menor, al menos en sus ojos.

        Sostengo que no se puede separar realmente la humillación de los cuernos... sí otras personas disfrutan de que se rían de ellos bien a la cara o a la espalda, entonces yo soy consciente de que me están humillando, tanto si deseo reconocerlo como si no.

        En todos mis estudios de la historia de la literatura, nunca me he encontrado con ninguna variación de la frase "El señor Smith era un cornudo muy respetado ..."

            Así que, aunque tampoco me siento humillado por mi esposa porque tenga amantes, el hecho es que cuando uno de sus amantes se sienta con sus amigos en un bar o en algún lugar y se jacta de haber estado follando a una hermosa mujer casada, mientras su cornudo marido espera pacientemente para que ella le envíe un mensaje de texto que dice que ha terminado, sé que las risas y las palmadas que está recibiendo de sus amigos probablemente no se traduzcan en su admiración por mí. Lo más probable es que esas risas y palmadas representen su aprobación por haberse afirmado como el macho alfa de nuestro matrimonio, mientras yo acepto, al menos temporalmente, ser la macho beta sin quejas.



        Mi esposa me ha confesado que algunos de sus amantes disfrutan hablando en el dormitorio de cómo necesita su polla porque "su esposo es un mariquita / un picha floja / un polla corta / etc."

        Al igual que yo, mi esposa no se humilla de ninguna manera, pero se siente cómoda diciéndome eso ahora, asegurándome que no quiere decir ninguna de esas cosas, pero que le encanta complacer las fantasías de los hombres que disfrutan con ese tipo de conversación en el dormitorio.

        No quisiera que mi esposa dejase de ver a los hombres con quienes tiene su mejor química sexual a causa de mi ego. Ella podría mentirme fácilmente sobre lo que dicen y hacen, pero me dice la verdad. Y sé que ella no cree en nada de eso.

        Si bien no disfruto la humillación, también sé que no puedo exigir el respeto de los hombres que me hacen un cornudo ni de los que saben que lo soy.


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