PENSAMIENTOS Y OPINIONES DE UN
MACHO CORNEADOR
Mi mujer ya lleva un par de años con casi el mismo amante. Y digo casi, porque es al que más ve, aunque no al único. Este hombre tiene 38 años (mi mujer tiene 49) y empezó en el mundo de los cuernos como macho corneador a los 22. Lógicamente ha estado con bastantes parejas y tiene una buena experiencia. He hablado con él en numerosas ocasiones y he comentado con él sobre exponer aquello que me parece más interesante de todo lo que hemos hablado, y lo que más puede servir a otras parejas y a otros machos corneadores. A él también le ha parecido bien y el resultado aquí está.
Cada esposa y cada pareja es diferente, así que es un error adoptar un enfoque estándar que sea igual para todas las parejas. Un buen macho debe asumir que su papel como macho es ayudar a explorar sus deseos, tanto a nivel individual como de pareja.
Eso lleva tiempo. Al principio, un macho tiene que generar confianza y conseguir que la pareja se encuentre lo más cómoda posible. A continuación, hay que conocer los intereses, necesidades y deseos. ¿Qué hacen los maridos? ¿Y les gusta eso que hacen? ¿Qué es lo que no les gusta? ¿Qué les gustaría explorar? El macho debe emplear tiempo para hablar con ellos sobre las cosas que ha hecho con otras parejas y ofrecerles sugerencias. Todo eso le permitirá adaptar su enfoque y sus acciones para cumplir mejor con los fines deseados y evitar errores.
Una de las cosas más importantes que hay que conseguir con los maridos es que no se sientan como una tercera rueda incómoda.
El objetivo de los maridos es conseguir que sus esposas tengan el mayor placer posible, pero si sólo miran pueden llegar a preguntarse cómo encajan en todo esto, especialmente porque no son ellos los que les proporcionan directamente ese placer a su mujer.
A casi todos los maridos cornudos les encanta que se les den oportunidades para ayudar y apoyar la relación, ayudando a la esposa a prepararse para las sesiones de cuernos, como por ejemplo ayudándola a elegir ropa, afeitándole el coño, pintándola las uñas de los pies, etc. y luego cuidándola después, limpiándola, etc.
Todas estas actividades, y otras similares, ayudan al marido cornudo a sentirse útil y conectado con la relación con la relación que mantiene su mujer con sus novios o amantes. Casi todos los maridos, por no decir todos, sienten una sensación de orgullo, si el macho, después de que ha follado a la esposa, los felicita por su apoyo.
Es bueno para todos que haya buenas relaciones entre el macho y el marido, y aunque el enfoque está sobre todo en sus esposas, cuanto mejor se lleven, mejor será la relación en general. Si hay una buena relación los dos hombres pueden charlar y planificar las próximas reuniones; también el marido puede y debe ofrecer información sobre su mujer, sobre sus gustos y sus fantasías, pues la pareja ya se conoce en esos aspectos muy bien. Y toda esa información privilegiada le servirá muy bien al macho corneador.
Para quien no conozca este mundo puede ser muy curioso, e incluso divertido, pensar en dos tipos tomando una cerveza y uno de ellos es el marido de una mujer, y el otro es el hombre que folla con esa mujer. Y los dos están hablando lo que va a hacer uno de ellos la próxima vez que vaya a meterse en la cama con la mujer. Mientras tanto, ella se estará preguntando sobre qué estarán hablando su marido y su amante, y emocionándose al imaginar sobre qué hablarán.
Obviamente todas las parejas y todas las relaciones cornudas son diferentes unas de otras, pero al final resulta que si la esposa está contenta, querrá jugar más.
Si siente que tiene el apoyo de su marido, sentirá que tiene la libertad de jugar más. Si el esposo se divierte, apoyará más a su esposa y así se divertirá aún más. Y todo se retroalimenta en un bucle positivo.