¿CHUPAR LA POLLA ME HACE GAY?
Hay que hablar de la escala móvil de la sexualidad. Todos somo inherentemente bisexuales en algún nivel. Lo que ocurre es que unos nos inclinamos más hacia un lado o hacia otro. Yo no tengo tendencias homosexuales, he visto situaciones de homosexualidad y no tengo ningún interés en establecer contacto con otros hombres.
Pero en determinada situación, en un estado de ánimo adecuado y en el ambiente oportuno, sí que me he acercado a otro hombre. Yo soy un hombre sexualmente sumiso, y mi condición de sumiso me ha hecho chupar las pollas de otros hombres, concretamente las pollas de los amantes de mi mujer. Algunos de esos hombres, en su deseo de humillarme, me han dicho que soy un maricón. Yo no me considero ningún maricón, pues fuera de la situación en que mi esposa está jodiendo con alguno de sus amigos, y en que ella me pide que le chupe la polla al macho de turno, jamás se la he chupado a ningún hombre ni me siento atraído a hacerlo. El que yo se la chupe a un hombre, o se la agarre y la conduzca a la entrada del coño de mi mujer, es consecuencia de mi parte sumisa, no de mi orientación sexual.
Cuando estoy chupando la polla antes de que se la meta a mi mujer, o le estoy limpiando la polla con la boca después que ha eyaculado dentro de ella, y me llama maricón, no me considero como tal ni tampoco me considero ofendido, pues esa expresión, en ese momento, no significa nada. Es solo una parte de la humillación que conlleva ser un hombre sumiso, ser el marido en una pareja cornuda. Cuando chupo una polla y me gusta, no es porque me guste el acto en sí, es porque sé que estoy dando gusto a mi mujer, que me ha pedido que lo haga, y al macho que se la va a meter, y ha aceptado mi ofrecimiento. Todo es fruto de mi sumisión para con mi mujer. Yo no soy sumiso para con el macho en sí, si no que lo soy porque a ella también le gusta y le excita verme humillado.
Con chupársela a algún hombre, cuando mi mujer está jodiendo con él, si que obtengo placer, y lo que hago es concentrarme en el mismo y no tener en cuenta esas mandangas de que soy un maricón de mierda. Todo eso forma parte de mi juego sexual, y como para mí sólo es un juego, un juego con el que disfruto. me lo tomo como tal y asunto concluido.
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