SENTIMIENTOS DE LOS CORNUDOS
La compañera de un cornudo hace la siguiente pregunta:
¿Alguno de ustedes que son cornudos podrían decir lo que sienten, mientras están experimentando ser cornudos? La razón por la que lo pido es que es difícil de entender para mí, ya que estoy en el otro extremo. Soy muy dominante y posesiva sobre mi novio y yo no quiero que toque ni que piense en tocar a otras mujeres. Yo quiero ser el centro de su mundo, como creo que debería ser. Parece que ser que si yo me voy con otro, él se siente libre para conectar conmigo y luego saca su lado hermoso. Yo no puedo entender los pensamientos o sentimientos que hay en ser cornudo y me gustaría entenderlo mejor. Por lo que he leído es una experiencia de humildad, y eso lo entiendo. Pero lo que realmente no sé es ¿Qué es lo que excita a un cornudo al ver a su novia o mujer con otro hombre?
En respuesta a esta pregunta he aquí los testimonios de varios cornudos.
Para mí, ser cornudo es una experiencia única, que a veces es difícil de poner en palabras, es todo un cóctel de pensamientos, emociones y sentimientos. Normalmente no estoy presente cuando mi esposa está con su amante, ya que la llevo a su casa y vuelvo a recogerla cuando me llama. Cuando la dejo mi estómago está lleno de mariposas y mi corazón está acelerado, pero eso no es nada comparado con lo que experimento después. Cuando está follando ella conecta el teléfono y escucho sus gemidos de placer mientras su amante se la mete. En esos momentos es cuando me doy cuenta de que soy un cornudo. Mi cabeza empieza a dar vueltas, mi corazón late tan fuerte que parece que se va a salir, las rodillas se debilitan y mi pene comienza a palpitar y a ponerse tieso. Mi mente corre y corre sabiendo que mi esposa tiene la polla de otro hombre dentro de ella, sabiendo que está disfrutando, es increíble. Me siento avergonzado, humillado y envidioso de él, sin embargo, yo estoy lleno de orgullo, felicidad y amor para mi esposa junto a la excitación sexual y la lujuria. Muchas veces me corro cuando me llama por teléfono. Lo que siento como cornudo es una de las más emocionantes experiencias, eróticas y amorosas que he tenido nunca.
Yo tengo sentimientos muy contradictorios, algunos muy estresantes y, al mismo tiempo muy excitantes. Saber y ver que otros hombres se excitan con mi esposa y que ella está dispuesta a compartir su coño con ellos me ha llevado a la más alto, y también a lo más bajo desde que nos casamos. Son difíciles de manejar los altibajos. Cuando todo va bien, ella está muy atenta a cómo estoy de excitado y reconozco que hace algo para mí, incluso si sólo me está tomando el pelo. Cuando es más difícil es cuando ella está tan absorta en el otro tipo que me siento como si me ignorase y no tiene conocimiento de cómo me encuentro de excitado por su comportamiento. Es estar en el cielo y en el infierno.
Hay personas que suponen que siento dolor o vergüenza cuando ella está con otro hombre, pero lo que siento realmente son unos celos enormes, una gran excitación sexual y un gran orgullo por la libertad sexual que tiene mi esposa.
Mi esposa y yo hemos estado casados por más de treinta años. Al principio estaba muy celoso de cualquiera que pretendiese algo de ella, pero durante unas vacaciones se quedó en topless en la playa. De repente me di cuenta de que otros hombres la miraban y eso me excitó. Ahí empezó todo poco a poco. Después de una larga experiencia puedo decir que ser cornudo es la cosa más emocionante de mi vida. Observar como la persona que amas disfruta de otro hombre es impresionante. Ver sus ojos rodar hacia atrás mientras él lame su clítoris, sostener sus manos mientras ella siente como se la meten, estar besándola mientras él empuja con ganas su polla dentro de ella es maravilloso Escuchar fuera de la puerta, imaginando lo que están haciendo, es una mezcla desesperada de mariposas, rabia y excitación. Estar escuchando lo que hicieron una noche como si ella fuese una novia es brillante. Que ella me cuente lo que ha estado haciendo mientras me soba lentamente la polla es electrizante. Verla como se viste y se arregla para él es delicioso. Masturbarme delante de ellos mientras ella le decía cómo debía metérsela es humillante pero apasionante. Todo el proceso de la puesta de cuernos es una experiencia fabulosa.
Hemos estado casados por más de 30 años, y a lo largo de nuestro matrimonio, mi esposa se ha entregado a bastantes hombres, casi siempre sola, y fuera de casa. Yo espero ansiosamente su regreso, y me cuenta todos los detalles de su encuentro mientras me acaricia suavemente mi polla. Cuando se va, yo siento una reacción fisiológica causada por una gran oleada de adrenalina a través de mis venas. Me siento débil y caliente, la cara se me pone roja, mi boca seca y las manos temblorosas. Al mismo tiempo siento que estoy consumido por la lujuria, por el deseo, esto es un cóctel extraño, la adrenalina y la excitación, una reacción física que solo obtengo cuando pienso que otro hombre está follando a mi esposa. Esto puede o no estar acompañado por una erección. Por ejemplo, una vez pude escuchar claramente a mi mujer gimiendo de placer desde detrás de una puerta cerrada, mientras estaba follando con otro. Estaba increíblemente excitado y sorprendido de que mi pene no estuviese reaccionando en absoluto. Pero después de oírlos terminar, bastó una muy ligera manipulación para que eyaculase con mi flácido pene.
Psicológicamente me siento avergonzado, humillado y con envidia de los amantes de mi mujer. El conocimiento, la especulación, o la esperanza, de que el hombre con el que ha estado mi esposa tiene una gran polla, o es un amante superior, sirve para avivar más las llamas de la lujuria y la excitación. Creo que si tuviera que reducir todos estos sentimientos y reacciones en dos palabras, serían "deseo ardiente”
Ver a mi mujer con otro hombre es una experiencia abrumadora. Me entra una mezcla de celos, ira, erotismo, excitación. Los sentimientos y las emociones se mezclan como en un cóctel. A veces me excito tanto que me corro sin tocarme y antes de tiempo. Cuando ocurre esto me siento humillado, castrado y servil.
Estoy avergonzado, pero en esos momentos me encanta ver – necesito ver – como el macho le mete a mi esposa su polla y ella disfruta sintiéndola y viéndome a mi tan excitado.
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