LAS REGLAS QUE HA PUESTO MI ESPOSA
Un seguidor del blog nos ha mandado su experiencia. Obviamente las fotos no son suyas ni de su esposa, pero él les ha dado el visto bueno ya que reflejan perfectamente su caso.
Es lo mismo cada vez que su macho viene a follar a nuestra casa. Mi mujer me ata las manos o me pone una jaulita de castidad o las dos cosas a la vez.
El caso es que me ata con las manos a la espalda para que no me pueda masturbar. Mi polla se pone tiesa y rígida como el acero a medida que voy viendo como empieza a joder con su macho.
No importa que esté dentro de la jaulita, mi polla también se pone dura y quiere erguirse, pero la jaulita no la deja; la verdad es que duele un poco. Mi polla siempre se hincha, a veces gotea, pero no puedo hacer nada más.
Si no me pone la jaulita deseo desesperadamente que me suelte las manos
mientras está follando para podérmela menear. Pero no es así, y me
corro solito, sin necesidad de tocarme. Los míos son orgasmos visuales.
¿A que a muchos de vosotros os pasa también lo mismo?
Al comienzo de nuestra aventura de cuernos ella me dejaba meneármela, pero me corría demasiado rápido. Verla con otra polla dentro me hacía correrme en unos minutos. Entonces me ponía celoso, pero de un celoso un poco agresivo y con mala leche, y les andaba incordiando.
Ahora estoy observando durante casi una hora, como ella y él hacen lo que les place con el cuerpo del otro.
Ver a mi mujer besarse, tocarse y joder con otro hombre es excitante y doloroso al mismo tiempo. Pero esta es la vida del cornudo, por lo menos la mía. A mí me gusta. Quizás sea un poco masoquista.
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