¿QUÉ PUEDE HACER QUE UNA PAREJA CORNUDA TERMINE MAL ?
¿El mundo de los cuernos siempre es dulce y agradable? ¿No hay ningún peligro ni ningún riesgo?
Como todas las cosas de este mundo, tiene sus pros y sus contras, y no siempre es bueno y agradable y hay riesgo y peligro de que la relación entre el marido y la mujer acabe mal. Es posible que el matrimonio se destruya.
He conocido a parejas que les ha ido, y les va, muy bien. Pero también conozco a otros que les ha ido mal, que han acabado con su matrimonio. Este estilo de vida requiere trabajo y cuidados por parte de los dos miembros de la pareja, si no se cuida, si no se mima, todo se puede convertir en un auténtico infierno.
¿Y qué hay que hacer para que todo funcione? Lo primero y fundamental es hablar mucho y claro. Hay que ser totalmente sinceros. Sin una total sinceridad y confianza del uno en el otro, el mundo de los cuernos es inviable.
¿Y qué es lo que no hay que hacer para que todo termine mal, muy mal? En esto, cómo en todas las relaciones humanas no hay reglas fijas, no hay medicinas. Lo más que se puede hacer es contar aquellas actuaciones o situaciones que han ido mal en bastantes parejas. De esas situaciones es sobre lo que vamos a tratar. Son situaciones que conviene evitar a toda costa, porque puede que no nos hagan daño, pero lo más probable es que sí.
¿Qué cosas del mundo de los cuernos hay que evitar?
- La esposa no puede estar en esto pensando solamente en dar gusto a su marido. Hay bastantes casos en que las mujeres se han metido en el mundo de los cuernos sólo para hacer feliz a su marido, y todo ha terminado con el matrimonio.
El problema está en que si sólo hace esto para complacer a su marido, después de cada encuentro se sentirá sucia y disgustada consigo misma. Eso la va desgastando y puede llegar el momento en que no aguante más y explote. Generalmente, esto ocurre por la falta de comunicación. El marido le habla de que le gustaría que le pusiera los cuernos, ella no lo ve nada claro, pero no es capaz de decir claramente que no. Y finge y finge que sí le gusta mucho, pero su marido no se da cuenta que está fingiendo, porque no se fija en su lenguaje corporal. Y si se fija, como no le dice nada, él cree que ella le está dando luz verde para continuar. Ambos tienen la culpa por su falta de comunicación.
Esto generalmente termina con lágrimas y una ruptura definitiva, o lo que es peor, con una vida rutinaria como antes del lapsus cornudo, una vida llena de silencio porque ambos se avergüenzan de sí mismos. Ella por participar, y él por animar a su mujer a hacer lo que ha hecho. Rehacerse de todo esto es difícil, muy difícil.
- El mundo de los cuernos es un estilo de vida alternativo a la monogamia tradicional, en el que la mujer tiene el mando y dirige la situación. El mundo cornudo supone una relación en la que la mujer es dominante y el esposo sumiso. La esposa tiene relaciones sexuales con otros hombres, no porque su marido le ha pedido que folle con otros hombres más vigorosos que él, con otros hombres que sean auténticos machos alfa, si no porque la mujer ha tomado el control de su satisfacción sexual.
Ella va con otros hombres, no porque se lo haya dicho su marido, si no porque la apetece. Ella elige y ella decide si se acuesta con uno o con varios, si quiere que su marido la vea o prefiere hacerlo en privado, ella decide sobre su propia actividad. Puede hacer cosas que no le gusten a su esposo, incluso que le hagan daño.
La solución es sentarse y hablar claro y llegar voluntariamente a acuerdos, pero acuerdos basados en el amor, el cariño y el respeto, no en el miedo ni en el temor a represalias o venganzas.
- Si la esposa no es la dominante, si ella es sumisa, y el marido también es sumiso, únicamente el macho dominante, el macho alfa, domina la situación. ¿El macho alfa se preocupa por los dos miembros de la pareja? ¿Se preocupa de que todo vaya bien? No, pero tampoco debería preocuparse de eso, su única preocupación es disfrutar jodiendo a la esposa, y como mucho más, dejar que el marido mire. ¿Pero qué podría salir mal? El problema principal está en el juego psicológico, está en la cabeza de cada uno de los participantes. ¿Qué ocurre si el macho alfa quiere que el marido cruce una línea?
¿Qué ocurre si el macho alfa quiere que la esposa haga algo que ella no quiere? ¿Quién protege la relación? Hay bastantes casos en los que las sesiones de cuernos son un auténtico infierno para los maridos. Hay machos que parecen empeñados en destruir la relación. Hay machos profesionales que parece que tienen como objetivo romper matrimonios. Casi seguro que con eso su ego se engrandece. La mujer tiene que estar a cargo de lo que sucede. Ella puede ser sexualmente sumisa en determinados momentos, pero ese macho alfa está ahí para hacer lo que ella quiera, y nada más. Si este aspecto no se tiene presente se está corriendo un riesgo muy grande.
- Algo que puede ocurrir es que la esposa deje de tener respeto por su marido, sobre todo en los casos en que se incluyen otros fetiches como la sisificación, la feminización o la bisexualidad más o menos encubierta. Para algunos hombres la humillación y la sumisión vienen con una combinación variable de varios fetiches. Algunos maridos quieren que su esposa les obligue a chupar la polla del macho alfa para que cuando se la meta a la esposa ya esté bien dura. Otros desean que su mujer les obligue a llevar un dispositivo que les impida que su polla se ponga tiesa y que los tenga en castidad durante una o dos semanas, pero todo ello de forma habitual. Otros desean que su mujer les haga ponerse unas bragas y pintarse los labios y los ojos como si fuera una mujer. Otros quieren convertirse en mariquitas.
Pero el problema está en que esto no se lo dicen a su mujer, ni se manifiesta enseguida, si no que aflora pasado cierto tiempo. Pero para la esposa esto aflora de repente, y para ella puede ser un problema encontrarse con un marido al que le gusta que le feminicen un poco o un mucho. Ella puede decirse que cuando se casó, se casó con un hombre, con su esposo, no con una esposa. Para ella puede ser una decepción enorme encontrarse con todo este asunto de chicas de buenas a primeras. Ella no es lesbiana, y tener que afrontar este panorama la apagará sexualmente.
Pero también hay mujeres a las que todo esto les excita mucho, y entonces esta situación es un aliciente más del que disfruta esa pareja cornuda. El problema, en esta situación de la que acabo de hablar, viene de la falta de comunicación entre el marido y la mujer desde el primer momento; el marido se lo calla al principio porque le da vergüenza decirle eso a su mujer, y no se lo dirá, y su mujer se enterará cuando le vea actuar. No hablar de esto desde un principio puede conducir a un desastre.
- Ciertas parejas, en los comienzos en el mundo de las parejas cornudas, eligen como macho para follar a la esposa, a un antiguo novio, a un antiguo amante e incluso a su ex marido. Es un comienzo muy fácil, sobre todo para la esposa, ya que conoce sexualmente a ese hombre y todo es familiar para ella.
Pero ese hombre no viene solo, viene con una enorme carga afectiva y emocional, que aunque parezca que ya no tiene efecto, puede reactivarse y hacer explotar todo. Es fácil, tanto para ella como para él, volver a sentir amor por el otro y eso puede ser fatal. Este tipo de relaciones deben evitarse a toda costa por el enorme riesgo que conllevan.
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