SIN CONDÓN
Hace aproximadamente una semana, mi esposa y yo conocimos en un club a un joven negro. Conversamos, lo invitamos a tomar algo con nosotros y luego mi esposa y él estuvieron bailando.
El baile poco a poco se fue animando con unos tragos y luego otros y en vista de lo que estaba pasando decidimos ir a nuestra habitación, para que jugaran juntos y que yo estuviera presente, por supuesto.
Tuvimos una breve charla sobre lo que buscábamos y que debía usar un condón.
En nuestra habitación las cosas empezaron muy bien. Era un hombre muy encantador y claramente mi mujer estaba interesada en él. Tomamos unas copas más, y después de una hora ella y él se estaban besando en el sofá. En poco tiempo, nos levantamos y nos mudamos a la habitación. Los dos continuaron besándose en la cama y ella y él estaban claramente excitados. Yo también estaba, y me estaba gustando lo que veía.
A medida que las cosas avanzaban, él la desnudó, y en poco tiempo ambos se estaban besando completamente desnudos en la cama. Era tan sexy. Ella estaba lista para él, y él estaba listo para ella. Él se puso encima de ella después de dar y recibir algo oral y estaba a punto de metérsela, y noté que no tenía condón. Así que cortésmente le recordé que necesitaba ponerse uno. Me dirigió una mirada que, en retrospectiva, debería haber prestado más atención. Era una especie de mirada que decía "vamos, hombre", no una mirada que implicara que se había olvidado en el calor del momento. Así que se detuvieron y ella le puso uno, y luego comenzaron a follar.
En ese momento yo también estaba muy excitado. Ella estaba realmente excitada y gozando. Me bajé los pantalones y me empecé a masturbar. Estuvieron follando durante un tiempo y mi mujer tuvo un orgasmo. El joven estaba a punto de correrse y yo también. Cuando estaba empezando a correrme, cerré los ojos un poco y me salió la leche con mucha fuerza a la vez que sentía un gran placer. Cuando volvía a abrir los ojos, el joven se corría con fuerza dentro de mi esposa. Cuando sacó la polla ella y yo nos dimos cuenta de que ya no tenía el condón.
El condón estaba en el suelo. Por un momento pensé que se habría roto o que se había salido y se quedó dentro, pero ese no fue el caso.
Le pregunté a mi mujer qué había sucedido. Me contestó: Sentía tanto placer, me estaba dando tanto gusto que le pedí que se lo quitase. Quería sentir su leche dentro de mi coño. Me dijo que estaba tan excitada que no sabía lo que decía. La verdad es que la creo.
En el fondo me alegré. Para mí fue un placer inmenso ver salir la leche del muchacho por el coño de mi mujer. Si el placer que sentí viendo como la follaba fue muy grande, el que sentí viendo escurrir la leche por su coño, fue todavía superior.
Desde luego que el condón es un “roba placeres”, aunque da bastante seguridad.
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