No soy bisexual, sólo soy un buen cornudo bisexual para ella.
Leyendo blogs o foros de cornudos, es frecuente leer que los cornudos somos hombres gay ocultos, porque todos parecemos querer chupar la polla del amante de nuestra esposa. Eso no es verdad.
Yo no soy un hombre bisexual, pero sí que chupo la polla del amante de mi esposa. Yo me considero bisexual solamente como cornudo. Si soy un cornudo bisexual sólo es por sumisión. Me someto al deseo de mi esposa de verme chupando la polla de su macho, aunque a veces el macho me dice que se la chupe, pero antes de hacerlo miro a mi mujer y si ella me da su aprobación, esa aprobación es como una orden.
Cuando escucho a mi mujer decirme: "Chúpale la polla, cornudo", lo hago sin dudarlo. Yo encuentro placer y satisfacción en la sumisión a mi mujercita y cuando ella me lo pide sé que le agrada mucho verme chupar la polla de su amante.
Yo recibo mucho, muchísimo placer de mi esposa cuando me está poniendo los cuernos y veo lógico que yo le dé placer también a ella. Chuparle la polla a su amante le da muchísimo placer por lo mucho que se excita viéndome hacer eso a mí.
Las primeras veces que lo hice sí que me puse muy nervioso por tener la polla de otro hombre en mi boca. Pero luego empecé a considerarlo como parte de nuestro juego cornudo. Y cuando veía a ella chuparle la polla no lo consideraba como algo desagradable ni humillante, sino como algo excitante. No sé el porqué a ella le excita verme chupar la polla que se va a meter, pero sé que eso ocurre y por darle a ella placer lo hago con gusto.
En última instancia creo que lo hago por una razón: para que la polla esté bien tiesa y bien dura y pueda ver bien como se desliza dentro de su coño. Me gusta ver como otro la jode y me gusta que ella disfrute y mucho cuando la joden. No hace falta que me estén mirando mientras chupo la polla. Pueden estar ocupados besándose y jugando y yo obtengo placer sintiendo como se pone bien tiesa y se queda lista para que le entre en su coño. Realmente solo chupo la polla para que mi esposa disfrute y sea feliz.
Estoy convencido de que a mi mujer le gusta humillarme cuando está jodiendo con otro, creo que ese es uno de sus grandes placeres en la puesta de cuernos. Cuando me humilla se siente superior, siente que controla la situación totalmente y que soy como un juguete en sus manos, y verme chupar la polla de su amante es uno de esos grandes placeres para ella.
Pero no solo le gusta que se la chupe para ponérsela tiesa antes de que se la meta. Cada vez con más frecuencia me pide que se la chupemos los dos al unísono, y que yo chupe preferentemente los huevos para que los active y le eche una buena cantidad de leche.
Y cuando están jodiendo también me dice que se la chupe. Me dice que le lama el clítoris y que se me escapen lametones a la polla y a los huevos del amante. Las reacciones a esos lametones de la polla de él, la satisfacen plenamente.
También hay otros momentos en que me pide que le chupe la polla, bueno, ya no me lo pide, ya sé que lo tengo que hacer sin que ella me diga nada. Y eso es cuando la saca del coño. Le tengo que limpiar todos los jugos y restos de leche antes de limpiarla a ella. Lógicamente esto está totalmente unido al placer que siente humillándome, sabiendo que si lo hago es porque me lo manda ella.
Cuando folla con alguien nuevo, lógicamente lo hace con condón, y yo soy a quien corresponde como cornudo quitar el condón, deshacerme de él y limpiar con mi boca cualquier residuo de semen que pueda quedar en su polla. Y todo esto lo hago porque, como dice ella, es lo que se espera de un buen cornudo después de que el macho haya terminado de darle a tu esposa la satisfacción que se merece.
Yo ya había probado todo, por lo menos eso es lo que yo creía, hasta que un día mi mujer se presentó en casa con un strapon. Ella se corrió varias veces, yo también y tuvimos una buena diversión.
Y luego pasó lo que se están imaginando: He chupado la polla de su amante, lamido sus huevos, limpiado la polla después de joderla y ahora me mete por el culo la misma polla que satisface a mi mujercita. Todo lo que hecho es para el placer de mi esposa. Ahora me ha pedido que ponga mi culo y lo he puesto. Me olvido de mi sexualidad y hago lo que a ella le place.
Antes de hacerlo lo pensé mucho y la verdad es que si estoy en el mundo de los cuernos es porque soy un sumiso. Soy lo que ella dice que soy. En el dormitorio soy un sumiso que ofrezco mis manos, mi boca y mi culo para el placer de ella (y de paso el de su macho).
Revisando mi recorrido cornudo todo comenzó lentamente: empecé agarrándole la polla y colocándosela a la entrada del coño; seguí chupándosela para ponérsela tiesa; continué lamiendo su polla y sus huevos mientras la estaba jodiendo; luego pasé a limpiarle la polla con la boca y ahora, por último, dejo que me den por culo.
La verdad es que no me pesa. He hecho lo que me excita y emociona porque disfruto haciendo lo que mi esposa desea. Si quiere ver cómo me humillo y me someto a sus deseos, lo hago. Y lo hago con gran placer, tanto para mí como para ella. Creo que eso es lo que tiene que hacer un buen marido cornudo.