¿QUÉ PASÓ CON LOS HOMBRES DE ANTES?

 ¿QUÉ PASÓ CON LOS HOMBRES DE ANTES?

    Envejecer tiene algunos puntos buenos. Uno de ellas es que descubrimos quiénes somos realmente y qué nos gusta. Si somos inteligentes, dejamos de vivir otras vidas de la manera en que otros quieren que lo hagamos, y comenzamos a vivir una vida que nos hace felices.

    Así es como vivo ahora, y es por eso que tengo otros hombres en mi vida. Por mucho que amo a mi esposo, me di cuenta de que soy más feliz y más plena como mujer si tengo hombres diferentes en mi vida.

    Mi esposo tiene mi corazón, y ningún hombre puede reemplazarlo. Lo amo completamente. Lo amo aún más por aceptarme por lo que soy.

    Los otros hombres en mi vida son amantes. Nunca podrán tener mi corazón. Pero casi todo lo que soy, y todo lo que tengo, puede estar disponible para el hombre adecuado.

    Cada hombre es diferente. La química entre nosotros es siempre diferente. Algunos de ellos han sido amantes dulces y tiernos. Algunos han sido directos y de hecho, otros han sido un poco más agresivos y tomaron lo que querían. Son mis favoritos.

    Me gustan los hombres reales. Me gusta que los hombres se parezcan a los hombres y que huelan como hombres y actúen como hombres. Me gustan los hombres que saben lo que quieren. Me gusta cuando un hombre me persigue por una relación sexual. Cuando estamos juntos, me gusta cuando un hombre va por ello y toma lo que quiere.

    Los hombres así me hacen sentir femenina y servil. Me emociona cuando se apasionan. Con algunos hombres tengo la sensación de que las cosas podrían salirse de control (mi control). Me gusta esa sensación incluso si da un poco de miedo. El miedo puede ser emocionante.

    Nunca he estado con alguien que no fuera respetuoso y considerado, pero a veces creo que sería emocionante encontrar a un hombre que no fuera tan considerado. No me quejaría si encontrara a un tipo que tomase el control nada más conocernos y tomase lo que quisiera.

    No me importaría que alguien que me desease con locura me arrancara la ropa (puedo volver a coser los botones). No me opondría si un amante me empujara hacia atrás, se metiese entre mis piernas y me follara como una puta. Incluso podría azotarme o abofetearme la cara mientras me jodía con fuerza. Un hombre así podría tenerme cuando quisiera.

    Me gusta pensar en eso. Me gusta pensar en encontrar un amante así.