viernes, 23 de septiembre de 2022

IMÁGENES

 IMÁGENES


        Desde que se operó las tetas, mi esposa tiene la costumbre de salir todos los viernes por la noche “con sus amigas”. Ella llega a casa bien entrada la noche y yo me como su coño. Ella nunca dijo que me engañó y yo nunca la he preguntado sobre esa cuestión. Esta noche ha sido la primera noche que ha vuelto a casa sin bragas. Ninguno de los dos hemos dicho ni una palabra. Ella ha empujado mi cabeza hacia su cálida entrepierna y yo solamente la he comido el coño. De hecho, ni siquiera he pensado en follarla. Una nueva vida empieza para nosotros.



        Uno de los sitios ideales para empezar en el mundo de los cuernos, cuando el novio o el marido no se atreven a plantearlo claramente, son las discotecas o clubs.

        Yo ya se lo había insinuado ligeramente a mi novia, pero se podía interpretar como una fantasía de cama.

        En la disco vi que un chico de color la miraba mucho y ella también a él. Me fui al baño. Tardé en volver y cuando lo hice les vi bailando. El restregaba su polla contra su culo y ella le sacaba hacia atrás para que la rozase más y no hubiera lugar a equívocos. El chico se iba animando y los sobos iban creciendo.

        Me fui a la barra del bar, ella me vio, pero siguió en la pista de baile. El sobo fue de los buenos. Mi polla se puso tiesa y dura viendo ese espectáculo. Ella vino hacia mí, me miró y dijo: Pero ¿cómo la tienes así de tiesa? ¿tienes algo que decirme?

  • Sí, que sigas así hasta donde quieras.

Esa noche todo acabó en una buena paja.


        Lógicamente hablamos. Después de su pequeña experiencia no le pareció mal la idea de volver a otra discoteca. Allí volvió a bailar con otro chico restregando bien su culo contra su polla y él su polla contra su culo. Después de un buen calentón vino a hablar conmigo.

        “Este chico tiene la polla tiesa y dura, parece una piedra y se siente enorme. Me ha dicho que quiere que jodamos. Le he dicho que estoy casada, pero no le importa. ¿Qué te parece? ¿Puede ser esta noche la noche? Yo estoy lista para hacer lo que hemos hablado… ¡Ah! Y estoy casi segura de que no le importará que tú estés mirando”


        ¡Cómo me gusta ver a estas parejas cornudas! Aunque llevasen un cartel no lo podían decir más claro. Les vi en Las Vegas, y no fue cosa de un momento. Coincidimos en el mismo hotel. Van agarrados de la mano, pero no como una pareja que acaba de ligar, ir así agarrados es su manera de decir que son marido y mujer. Mi mujer también iba así: luciendo bien las tetas, sin nada de ropa interior, y notándosele bien la raja del coño. Viendo a esta mujer a mí no se me pone tiesa, se me pone dura imaginando que mi esposa va produciendo el mismo efecto: poner muchas pollas tiesas.

        Al estar en el mismo hotel coincidimos una noche en el bar. Esta mujer y la mía encontraron pareja inmediatamente. Allí vamos muchos cornudos y los machos parece que nos huelen a los maridos, se acercan muy educadamente y las invitan a bailar. Ya no vuelven. Cada una pasó la noche con un buen macho de color, de esos de pollas enormes y un gran aguante.

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