¿Por qué mi marido tiene cuernos?
Testimonio de una esposa.
¿Por qué mi marido tiene cuernos? "Mi marido es un cornudo, porque eso es lo que él estaba deseando y continúa deseando. Si él no quisiese, yo no lo haría”.
La respuesta explica y forma parte de la razón por la que comencé a hacerlo, pero tengo que admitir que, en el presente, mi marido es un cornudo porque me gusta.
Me encanta follar con un hombre, y me encanta que mi marido no tenga los mismos privilegios que yo. Lo admito. Me encanta conocer hombres, todo el proceso desde el comienzo de la reunión hasta la conclusión. Amo a mi marido y yo le mantendré al día de las cosas, porque me encanta su apoyo y su comprensión, ¡Me encanta cuando siente la humillación, y porque creo que es el papel del hombre en el matrimonio!
Es parte de lo que soy, lo que yo creo. No es un juego, sino una forma de vida, y una declaración.
Como ya he dicho, me encanta todo el proceso. Me gusta coquetear, seducir, dejarme seducir por un hombre hermoso. Me gusta ser invitada a salir en una cita. Me gusta molestar a mi marido acerca de mis encuentros. Me gusta cuando mi marido me ayuda a prepararme para una nueva cita.
Me gusta salir. Me encanta el juego que hay para probar un hombre. Me gusta el beso (¡el primer beso!), ¡La primera caricia, para estar en sus brazos, y sí, me encanta el sexo! Me gusta ver a mi marido antes y después, tímido, atormentado, o de otra manera confusa. Me encanta este poder que siento, y me gusta lo que me da, y sobre todo me gusta lo que hace a mi marido.
Y puedo decir, que usted no sabe lo que se siente realmente al controlar a un hombre hasta que él es un cornudo, su cornudo.
El proceso de la puesta de cuernos es mucho más de lo que tiene sexo. Es liberador y al permitir que mi marido acepta su posición subordinada, es un intercambio de poder total del marido a la esposa.
No es ni movimientos de intercambio de esposas o de tener ambos mucho sexo. Esto no sucede porque mi marido solo me anhela a mí. Si hubiera sido algo de lo dicho me habría detenido después del primer intento. Continué porque aumenta mi placer, y porque me da la gana. Disfruto cada minuto de nuestro matrimonio. Todo es para mí un placer, y la humillación de mi marido forma parte del placer.
Mi marido me dijo más de una vez que le pusiera los cuernos. Tuvo que convencerme. Antes de decidirme le dije a mi marido que, si lo hacíamos, podría ser permanente. Y de hecho así ha sido. No hay vuelta atrás.
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