IMAGENES COMENTADAS

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    La foto de la izquierda me la mandó mi esposa cuando se fue de vacaciones con su novio a la playa durante quince días.

    La foto de la derecha se la ha hecho para enviársela a su novio para agradecerle lo bien que cuidó de ella y asegurarle que está dispuesta a volver de vacaciones con él dentro de unos meses.

    A mí, la verdad, no me importa que vuelva, aunque cuando regrese a casa venga con una barriga.

    No me importa que no te guste mucho el sabor, pero tienes que limpiarme bien cada vez que él me la meta y se corra dentro. Y cuando se vaya, si me la quieres meter tú puedes hacerlo sin necesidad de limpiarme, así tendrás mi coño más lubricadito. ¡Ah, se me olvidaba! Le di una llave de nuestra casa para que venga cuando quiera, a fin de cuentas, es el padre de nuestro hijo. ¿Quién te crees que me dejó embarazada?

   

    Han empezado a entablar conversación en la playa nudista y él la invita a meterse en el agua. Sus manos comienzan a vagar sobre su cuerpo y él la besa, tratando de seducirla. Ella acepta sus avances, pero en lo único en que realmente está interesada es en su polla. Es larga y dura. Y muy gruesa. Ella se abraza a él y aprieta bien su coño contra la polla y se mantiene así unos minutos. Le gusta esa polla. El hombre es irrelevante.

    Yo estoy aquí, mirando a mi novia buscar un amante en la playa. Paso desapercibido y miro, que es lo que me gusta. Miro cada fin de semana. Yo soy su cornudo.

    En los fines de semana en que nos marchamos a otra ciudad, me encanta ver a mi esposa arreglarse en la habitación del hotel, sabiendo que dentro de unas horas voy a estar viendo como jode con el chico que ella haya escogido… Me excita mucho ver como se ajusta las braguitas y sobre todo me excito cuando me pregunta: ¿Crees que así estoy bien? A veces la polla me duele de lo dura y tiesa que se me pone, pero no me deja tocarla hasta después de que ha estado con otro.

    Cerré mis piernas alrededor de su espalda, mis brazos estaban alrededor de su cabeza. Me golpeaba tan fuerte contra la cama, que podía sentir su polla en lo más profundo de mi coño. Metí mi lengua en su boca. Nuestras lenguas estaban luchando, estábamos intercambiando mucha saliva. Mi orgasmo fue muy intenso, pensé que me iba a desmayar; mi cuerpo temblaba de manera incontrolable, las lágrimas corrían por mi rostro. Podía sentir su polla cada vez más grande. Sabía que estaba a punto de correrse. Lo encerré tan fuerte como pude con mis piernas y puse mis manos sobre su culo. No iba a dejar que me lo echara fuera.

    Y esto es lo que me contó mi esposa en la cama cuando llegó al amanecer a nuestra casa.