DOS SENTIMIENTOS CORNUDOS DE UN
MISMO HECHO
Cualquiera pensaría que después de ver una vez más a mi esposa follar con el hombre que ella ha elegido, a mí ya no me sorprendería ni me causaría ningún daño afectivo.
Pero después de follar observo que, mientras besa a su amante, su dedo acaricia lentamente la punta de su enorme polla.
Entones mi polla se estremeció, pues recordé los momentos en que ella me hacía eso burlonamente para excitarme mucho y a continuación follábamos de un modo brutalmente apasionado.
Pero eso ocurría hace años, y ya no soy bienvenido a su cama ni me deja follar con ella. ¿Pero por qué insiste en que la mire mientras jode con otro? Mis ojos se nublan de lágrimas. ¡Maldición, juré que no dejaría que me viera llorar de nuevo...!
He estado viendo en silencio como mi esposa jodía con el hombre que ella ha elegido. Ya han terminado, ya se han corrido los dos y ahora se están besando y acariciando. A ella le gusta terminar así. Correrse y cada uno marcharse por su lado le parece propio de la relación de una puta con un cliente.
Mientras le besa su dedo acaricia lentamente la punta de su enorme polla. Entones mi polla se estremece. Ella lo hace burlonamente porque sabe que eso me excita mucho. Ella se está despidiendo de su amante y me está preparando a mí. Cuando él salga por la puerta, los dos joderemos de forma apasionada.
Desde hace años somos una pareja cornuda. Ella tiene total libertad para joder con quien quiere y yo confío totalmente en ella y en que me ama. Los cuernos nos han enriquecido a los dos y a nuestro matrimonio.
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