¿QUÉ HICE CON TU ESPOSA?
Mi esposa se escribía correos con un chico con el que follaba de vez en cuando. En cierta ocasión ella me enseño el correo que él le mandó. Contaba impresiones y sensaciones de cuando había estado follando con ella. Él escribió esto:
Ok, recuerdo cuando apareciste lo linda que eras.
Subiendo las escaleras viendo cómo te quitas la ropa pieza por pieza, cada vez me puse más excitado. Quería estar dentro de ti...
Solo podía imaginar lo bueno que sabría ese gatito, pero mi polla quería estar en tu boca caliente y húmeda.
Te pusiste de rodillas y lamiste la punta de mi palpitante polla y lentamente te la metiste en la boca. Juro que podría haberme corrido allí...
Después de verte chupar y lamer mi polla y mis pelotas, te puse sobre la cama, te abrí las piernas y poco a poco metí mi lengua dentro de tu coño mojado. Inserté un dedo y comencé a trabajar en tu punto G y conseguí que te corrieras bastante rápido.
Te di la vuelta y te abrí y te lamí desde tu agujero mojado hasta tu culo y lentamente puse mi lengua en tu culo apretado.
Jugué con tu culo por un tiempo y luego volví a tu coño que ya estaba muy mojado, con ganas de correrme de nuevo.
Me subí a la cama y tú te pusiste encima de mí y empezaste a montar mi gran polla dura. Era una delicia verte rebotar arriba y abajo y ver cómo te metías mi polla por tu coño mojado...
Te di la vuelta, te abrí las piernas y observé cómo mi polla finalmente entraba por tu raja. Ver como se abría tu coño para que te metiese toda mi polla entera fue increíble...
Quise ver lo profundo que podía llegar. Te puse a cuatro patas para así profundizar más y más dentro de tu agujero lleno de miel.
Empujé tu cabeza hacia abajo para que tu trasero estuviera más alto y pudiera metértela hasta los huevos y poder empujar tanto como pudiese. La corrida que nos echamos fue espectacular.
Luego te di la vuelta y empezamos a hacer un 69 ya que me encanta comer un coño recién jodido y te hice lamerme y tratar de meterme en tu garganta...
Estabas lista para follarte un poco más por el coño, así que te di
la vuelta al lado de la cama y me deslicé dentro de ti.
Dentro y fuera, viendo cómo se deslizaba mi polla dentro de ti
mientras te ponías más y más mojada.
Te decía que me iba a correr, pero seguías moviéndote y follando conmigo cada vez más. Los dos nos corrimos a la vez, pero yo seguí golpeando a tu gatito profundamente y con ganas hasta que ya no tuve fuerza para continuar.
Cuando la saqué, traté de ver cómo se escurría mi semen, pero no quería pedirte que abrieras las piernas para poder ver...
Con esta descripción no me fue difícil recrear en mi mente lo que pasó. Lo bien que se sintió mi mujer, lo bien que se sintió el macho que la jodió, y lo bien que me siento yo ahora recreando lo que pasó.
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