COMO CORNUDO QUE SOY, ES UN GRAN PLACER VER A MI ESPOSA JODIENDO.
En mi matrimonio, la noche de cita significa que mi esposa está en los brazos de otro hombre. Sin embargo, no me preocupa en absoluto.
Me gusta ver sus piernas envueltas alrededor de él. Me gusta verlos besarse. Me gusta presenciar la gran pasión que ella siente por él.
Cuando se suben a la cama y juegan, mi polla se pone tiesa, rígida y dura de deseo.
El momento que más anhelo que llegue es cuando su polla se desliza por primera vez en el coño de mi mujercita.
Cuando él ya está entre sus piernas, puede sentir en su polla el calor y la humedad de su coño mientras la frota alrededor de sus labios.
Y cuando presiona suavemente su polla dentro de ella, sus ojos se cierran, su cabeza rueda hacia atrás y ella gime muy suavemente, casi en silencio, mientras sus piernas se envuelven alrededor de las de él y lo empujan más profundo.
Ella lo necesita dentro de ella. Mi polla no le proporciona a mi esposa el placer que busca. Él sí lo hace.
Por eso le está besando. Por eso está gimiendo por él. Ella ama su polla, pero a ella le encanta que yo también esté mirando.
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