lunes, 13 de diciembre de 2021

ORGANIZANDO

 ORGANIZANDO

      Una cosa que he descubierto acerca de ser una mujer caliente es que puedes hacer cosas y decir cosas cuando estás en tu modo de esposa caliente con la que no siempre puedes salir adelante en el modo de "esposa normal".

       Eso me atrae. Yo puedo ser un yo diferente. Tal vez sea el verdadero yo. Quizás por eso me gusta tanto.

       El otro día estuvimos con un chico al que acabábamos de conocer. Él sabía que éramos una pareja y estaba de acuerdo con lo que nos gustaba. Él era lindo y me gustó lo que sabía de él, así que le invitamos a casa. No me decepcionó. Era más bajo de lo que pensaba, pero aun así era un chico guapo con mucho potencial.

       Todos tomamos unos tragos juntos y hablamos en la sala de estar. En algún momento, mi esposo sugirió ver un DVD para adultos, que siempre cambia el estado de ánimo, así que lo intentamos.

 

       Mi esposo usualmente elige algo apropiado para la noche, así que vimos una de esas películas porno por un tiempo. Luego se levantó para refrescar nuestras bebidas. A veces lo hace como la excusa de darme tiempo a solas con un chico.

       Funciona bien porque la mayoría de los hombres pueden ser un poco tímidos frente a un esposo, lo que puedo entender. Cuando mi esposo regresó unos minutos más tarde, le pregunté si podía traerme una copa de Zinzano (mi favorito). Cuando volvió a la cocina le dije a nuestro invitado que tendríamos algo de tiempo a solas si él quería. Dijo que sí.

 

       Mi esposo regresó y dijo que no quedaba Zinzano. (¿Adivina qué? ¡Yo sabía que no lo teníamos!). Le dije que realmente quería un poco, y le pregunté si iba a buscarnos una botella. La mirada en su rostro no tenía precio. (¡Me encanta esto!). Dijo que iría a buscarlo si yo insistía, pero que había muchas otras cosas para beber.

       No es Zinzano, le dije. "Ahora sé un poco amble y ve a buscarlo, ¿podrías por favor?" No tenía más remedio que irse, y lo sabía. Lo estaba enviando por algo más que vino. Lo estaba enviando porque tenía ganas de quedarme a solas con el chico y lo hice.

 

       Así que tomó su abrigo y las llaves y se fue. La tienda de licores está a 20 minutos. Tenía 40 minutos. Lo invité a la habitación, nos desnudamos, y nos pusimos a juguetear para follar. Estábamos en medio de una buena jodida cuando oímos que se abría la puerta principal.

       Mi esposo procuró hacer ruido en la cocina para que supiéramos que estaba en casa. Unos minutos después, entró en el dormitorio con mi vaso de Zinzano.

 

        Me pillo con las manos y rodilla las en la cama, metiéndomela por detrás.    Yo le sonreí. Él me devolvió la sonrisa. ¡No tenía precio! Fue otra buena noche siendo la esposa que él quiere que sea.

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