IMÁGENES COMENTADAS
Imágenes
que pueden corresponder a situaciones de cualquier pareja cornuda y de las que
se cuenta algo más o menos oportuno.
Oye
cariño. Te extraño.
No puedo esperar hasta que estemos juntos para
contarte esto. ¿Recuerdas que te dije cuando me quedé embarazada por primera
vez de otro hombre que tú serías el próximo en dejarme embarazada? Lo siento.
¿Recuerdas cuando te conté que había visto a otro y me animaste a que siguiera
viéndole? Pues esta panza me la ha hecho él, seguro. ¿Te parece bien? Estoy
segura que serás un magnífico padre con este nuevo niño.
Te quiero.
¿Y qué
puedo hacer si yo la animo para que folle con otros?
No hay nada mejor que ver a mi esposa alejarse de mí y
dirigirme una pícara sonrisa cuando va a visitar a su amante. Ella ya me ha
dejado una lista de tareas que hacer y me ha dicho que esté atento al teléfono
para cuando me llame ir a recogerla. Y ha añadido: “Si
eres bueno y puntual te traeré un buen regalito, que seguro que te va a gustar
mucho” ¿Qué será?
Un
día mi madre le dijo a mi mujer que sabía que ella follaba con otros hombres y
que yo le daba mi consentimiento. Es decir, que éramos una pareja cornuda. Mi
esposa, sorprendida, lo reconoció. Y quedó más sorprendida aun cuando ella le
dijo: “Nosotros también lo somos. Yo follo con
otros hombres también delante de mi marido”.
Y le enseñó fotos y videos de ella y mi padre
haciendo lo que hacemos nosotros. ¿Es coincidencia o casualidad o de ahí me
viene a mi lo de ser un cornudo?
Mi esposa sí que es una mujer caliente. Vino un nuevo
jardinero a la urbanización. Le gustó y se las arregló para que le metiese la
polla. Repitió varias veces y está tan encantada con esa polla que me ha dicho
que algunas noches se irá a nuestra cama para joder con ella y que en esas
ocasiones yo me vaya a la cama libre que hay en la habitación de los niños.
Como soy un cornudo obediente la he dicho que sí. ¿Cómo me voy a negar?
Cuando mi mujer llega a casa después de haber estado con su
amante se desnuda, se coloca en esta posición y me comienza a hablar:
¿Realmente
no te importa que llegue a casa con el coño lleno de la leche de otro hombre?
¿No estás enfadado conmigo?
¿Quieres que te cuente todo lo que ha
hecho la golfilla y calentorra de tu esposa?
Ella ya sabe lo que me tiene que decir para que mi polla se
ponga cada vez más dura y más tiesa. Ella sabe cómo calentarme bien y ya lo
creo que lo consigue. Y la lamo el coño con ganas, con entusiasmo, a veces con
tanto entusiasmo que ella se corre una vez más. Pero el que siempre termina
corriéndose soy yo, me pone la polla a reventar y al final termino metiéndosela
en ese coño que todavía tiene restos de la leche de otro tío y se lo vuelvo a
rellenar con mi leche sin dejar un solo hueco libre.
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